martes, 2 de septiembre de 2008

Quizá

Quizá un día encuentres al gran amor de tu vida. Muchas personas, en su habitual cotidianidad, escudriñan su entorno en busca de él. A menudo, se confude con sentimientos afectivos. Pero ese no es el tema que ocupa esta breve reflexión.
Imagínate que subes a un metro por la mañana. Las casualidades de la vida, totalmente inesperadas, propician que el gran amor de tu vida escoja el mismo vagón que tú para realizar su travesía. Os miráis a los ojos. Crees percibir en esa persona algo especial, pero estás cansado de la vida, harto de las vagas coincidencias y aburrido de arrollar a seres inocentes en tu inocente búsqueda del sentimiento más poderoso que se puede experimentar.
El gran amor de tu vida, entonces, se convierte en otro sueño frustrado, en otra esperanza incongruente. Y, sin saberlo, abandonas la oportunidad de ser feliz. Desconociéndolo, dejas que el gran amor de tu vida desaparezca. Lo peor, es que ni siquiera le dedicas más de cinco minutos a pensar acerca de ello.

1 comentario:

Alba Steiner dijo...

La vida está hecha de pequeñas casualidades que esconden historias en cajitas que tú decides abrir o no.